Entre series: los anuncios

Supongo que os habréis dado cuenta, y que no voy a ser yo el imbécil que os diga a que día vivimos, pero ya estamos a 21 de Noviembre, vamos, a poco más de un mes de las Navidades, no sé a vosotros, pero a mí el tiempo se me ha pasado volando este añito, y como de costumbre, creo que no voy a cumplir mis proyectos que tenía para este año, mejor dicho, no los cumplo ni de coña, pero en vez de deprimirme y quejarme de esta vida, (eso lo dejaré para otro día), voy a hablar sobre televisión, como ya sabréis uno de mis muchos vicios, y más concretamente, acerca de los anuncios en este medio de comunicación.

Y es que al contrario que otros años durante estas fechas, no estamos saturados por los típicos anuncios de juguetes ni de turrón, sino que tenemos un surtido un poco más variado y original, concretamente, el del nuevo Golf y el de la lotería me encantan, de hecho, ahora mismo tengo unas ganas de que me toque la lotería y comparme el golf que ni os podéis imaginar, sobre todo, si ese coche aumenta las posibilidades de hacer algunas de las cosas que se mencionan en el anuncio jejeje.

Otro de los anuncios, que, a mi modo de ver, es buenísimo, es el de la DGT, que por una vez, ha cambiado sus típicos melodramas con actores o imágenes de accidentes reales, por, una de las cosas más desagradables que puedo imaginarme: que tu amigo con el que vas hablando por el móvil tenga un accidente y la diñe, realmente es un anuncio desagradable, pero tengo que reconocer, que me ha convencido, aunque no puedo prometerlo al 100 por cien, dudo que conduzca y hable por teléfono en la vida.

Pero lo malo de tener tantos anuncios nuevos, es que van quitando los viejos, y con ellos el talento concentrado en tan pocos segundos, porque si bien es cierto que hay anuncios a los que les tengo tanto asco que cambio de cadena en cuanto aparecen (les tengo especial odio a los de Línea Directa), otros consiguen emocionarme o hacerme reír como dicen:

"Lo bueno, si breve, dos veces bueno"